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Quiero ser persona privilegiada, por lo tanto, aforada, y ser juzgado por el Tribunal Superior y no por un Juzgado de Provincias que los mismo juzga a un roba-gallinas, un destripaterrones que a un roba-coches
Tengo el derecho como español, ser aforado aunque no desempeñe ningún cargo publico. Puedo presentar, en su aprobación para incluirme en la lista, un enriquecedor linaje de mi ancestral familia de rango y rancio abolengo que fueron las pioneras en rescatar a las cabras que los moros violaban en el monte Gurugú. Como bagaje de hidalguía, nobleza y aristocracia, considero que es suficiente. Quiero ser un Jaime Mata, otrora aforado, de gafas negras, sonriente y esperando un indulto. Quiero ser un desvalijador de arcas públicas. Quiero convertirme en el primer avión que aterrice en el Aeropuerto de Castellón o el primer español que logre descifrar los borradores de Barcenas. Disponer de coche oficial y tratar de convencer a los parroquianos de que la bicicleta es lo más sano. Utilizar a mí libre voluntad la tarjeta de crédito a costa del erario público y poner la primera piedra al monumento del Fácil Enriquecimiento.
Me importa tres cominos lo que piensen los demás: ¡Quiero ser aforado!
Hay 17.000 compatriotas aforadas de las cuales, curiosamente, solo hay 2000 políticos.
Eso, conlleva a que puedes asaltar Bancos. Robar el rimel en una tienda de Cosmética. Conducir cual Esperanza Aguirre, sin temores y si es tu deseo, violar a Marujita Díaz en su mausoleo/camerino. Pegarle un palo a un Concejal de Hacienda o alistarte el gremio pseudo/ecologista Salvemos Algo. El aforamiento da para eso y mucho más.
La IINVIOLABILIDAD de un político, en mi docta opinión, creo que esta asegurada. (Razón de más en mi empeño) Es cierto que puede causar cierto embeleso un senil político por su minuciosa prosa y verbo fácil. Es posible que su alto cargo despierte voluptuosas pasiones tanto en féminas como en varones pero de ahí a que no se les pueda violar, se olvidan muy mucho de las efusiones calenturientas/ardientes de sus seguidores. Seguidores impenitentes en “meeting” y actos electorales o portadores de pancartas y enseñas de su mismo partido desplegando cierto arrobo en las palabras de su adalid. La bandera y quien habla en nombre de ella, no es asexual. Tiene un ramalazo erótico. Por lo tanto, el político/aforado es inviolable pero cuidado con los partidarios/adictos hacia su persona. (Llegado el caso, me acogería a la inmunidad)
- Haces bien – me aconseja mi regadera - En previsión de ello, se ha creado la IINMUNDAD. Esta instituida precisamente para lo expuesto. ¡Pero no te confundas!. Alguien, con desmedido fervor, puede que lo lleve hasta el extremo de tomar posición carnal del político/aforado.(Englobo lo de político/aforado ya que si es un político sin privilegios, pierde su condición de inviolabilidad y la protección se desvirtúa hasta el extremo de que no hace falta prevenirle de que puede ser violado). Por contra, el político/aforado, no es que este inmunizado a ser violado sino que tiene la potestad y esta exento de dar explicaciones del hecho, posturas y gustos personales. Pertenecer al fuero parlamentario es un privilegio que data de la Edad Media y se estaba mas pendiente de las Saunas Palaciegas que de la peluca del dirigente. Por contra, no había bolsas de dinero correteando por los pirineos. No había maratones para premiar al primero que llegara a través de los Alpes a Suiza ni regatas cruzando mares en buscas de islas privilegiadas. Solo existía el “aleccionador” indulto, muy en boga en nuestros días. De ahí su resultado/secuela tocante tanto a la Inviolabilidad como a la Inmunidad.
- Entonces…- replico algo confundido por la erudición de mi regadera – No me…
- ¿Me dejas ahora que estoy en vena? – increpa mi regadera – Bien: Eso explica el por que hay “culos de mal asiento” que se aferra al mismo asiento con tanto fervor. Uno se siente protegido aunque asuma que fue consejero de Ruiz Mateo y se escude en que jure y perjure no haber probado un flan Dhul en toda su vida. Se da la paradoja, en el aforado/acusado, que los que tienen que decidir su culpabilidad de despojarlo de dicho privilegio, tiene que tener la aprobación de la Cámara, o sea: de sus mismos compañeros. En una palabra; Dejar que se enfrié el caldero ya que pronto vendrá otro que lo caliente. No pueden tirarse piedras sobre su propio techo.
- ¡Inteligente deducción! – pondero los conocimientos de mi regadera – Eso significa que no se puede actuar contra un compañero de Cámara, sea del partido que sea, por que al día siguiente, puede “aflorar” un caso parecido en sus filas y fíjate tu la tragedia…España (No tengo ningún reparo en escribir España. Se que algunos soslayan pronunciarla y menos escribirla y acuden a nombrarla como “este País”)
- ¡¡¡Que cinismo!!! – barrunta mi regadera.-¡ Pero si tu…!
-¿Me dejas continuar? – le corto rabioso al haberse dado cuenta del detalle – Este País, cuenta con mayor numero de aforados del mundo. Entre ellos; 6.995 entre jueces, magistrados y fiscales. Tenemos el record de aforados del panorama mundial. Curiosamente, el número de defraudadores y estafadores, superan muy mucho a estos jueces y fiscales que se ven impotentes para juzgar dichos casos por su intensiva frecuencia. Otro record más a añadir a nuestra prestigiosa Marca España. Estos casos, tiende siempre a suavizar y alargar las comparencias y hace que la opinión publica, lea los mensajes a través de periódicos y medios de comunicación aclarando que las demoras se debe a que el encauzado es aforado.
Lo que se suponía una forma de protección política y amparo social, ahora es la formula perfecta para cometer toda clase de tropelías, corruptelas y demás lindezas del panorama español. Y después, nos intentan convencer que no son una ralea clasista.
- Tienes mucha razón. Pero te conmino a que te lo pienses bien en tu empeño. Sobre todo: ¿Sigues pensando en exigir aforamiento aunque tengas como aval, las cabras del monte Gurugú? – inquiere mi regadera con gesto indolente acariciándose con cierta melosidad el agujero numero siete.
- No se…- musito dubitativo repasando lo escrito – Tengo que pensármelo con detenimiento. Tu razonamiento me ha hecho pensar: El verano se acaba. Llega el otoño y se abre el curso político. El Gobierno se pone las pilas y empieza la enriquecedora campaña de la corruptela y depravación: Aforados “colaborando” con la justicia. Archivos de los mismos protegidos por la policía. Gafas negras y divertidos gestos. No se…no se. Es verdad que quería ser un aforado pero no siéndolo, casi me alegro de ello. De que no me incluyan en el caldero al estar aforado. No puedo pasarme la vida ni ocultando borradores ni dedicándoles a los que me incriminan mi mejor sonrisa. Casi, prefiero ser un extremado desaforado pero eso si: critico con los aforados.
- Ay…ay…- compadece mi regadera echándome un pañuelo para que me seque unas rebeldes lagrimas para seguidamente posar su caño sobre mis hombros en señal inequívoca de paternidad y consuelo – Como decía aquel: “Como están las cabezas…” Dedícate a aforar tu pensión. Es el único privilegio - llamémoslo así, sin triunfalismo ya que también esta poco aforada – de la que dispones que tienes que proteger. Que no tengas la necesidad de pedir un hipotético indulto para recibirla mensualmente. Lo demás, es otro mundo. Lo tuyo es del paria que sobrevive; que intenta no resignarse a ello pero obstinadamente y acorde con su mentalidad, se pasa la vida alterando su destino y se llega al desatino- como es tu caso - de poner unas cabras como garantía.
Juan Marcelo
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