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Me vino una sensación de estar de nuevo metida dentro de mi cuerpo de cuando tenía nueve, diez, once años. Volví a ser niña. Yo sufrí acoso escolar por parte de mis compañeros y de algunos de mis profesores (descansen en paz) y cuando lo supe ya era adulta.
Con los años a pocas personas he contado que siendo niña también planeé mi suicidio. No quería ir al colegio. No me gustaba porque muchos días lo pasaba realmente mal. A esa edad ese es tú Mundo y si no te sientes aceptado, te sientes culpable e inferior.
Y la sociedad ahora se siente triste, busca culpables, compañeros, colegio, padres, televisión, sociedad, sistema....Y digo yo, dentro de mi cuerpo de niña, ¿por qué no buscamos entre todas y todos soluciones? Tenemos la obligación, seamos padres o no lo seamos, de encontrarlas. De ponerlas cuanto antes en marcha. Yo aportaré mi idea dentro de mi experiencia.
Yo odiaba ir al colegio. Lo pasaba muy mal. Era muy delgada y mis compañeros me llamaban palo, palillo, fea, "de lado no se te ve", etc.. Después fuí la primera del colegio en llevar ortodoncia en los dientes...así que imaginaros. Pasé a ser la de los hierros en la boca, RoboCop, ten cuidado no te muerda, etc..
Tenía mucha imaginación, así que cuando explicaba algo un profesor, como pasara una mosca o un rayo de sol entrara por la ventana, yo me iba a otros mundos más divertidos y cuando volvía no me había enterado de nada. Consecuencia: malas notas y risas de los compañeros. Me costaba concentrarme en las aburridas clases y todos pensaban que yo no quería estudiar. Simplemente no sabía muy bien cómo hacerlo.
Yo tenía una manía muy curiosa en los exámenes. No dejar ninguna pregunta en blanco. Si no sabia la respuesta, me inventaba algo. Consecuencia...Algunos profesores leian en alto y delante de toda la clase mis exámenes...y todos se reían a carcajadas. En fin...que de niña tambièn se me pasó por la cabeza muchas locuras para no ir al cole. A mis padres apenas les contaba ni la mitad, porque pensaba que yo me lo merecía por sacar malas notas. Mis padres son los mejores del mundo. Eso sí lo tengo muy claro.
Así que desde que soy madre educo a mi hija en el respeto a todos. Tengo mil ojos con ella. Y la enseño a ser defensora de los que tienen dificultades para aprender o de los compañeros que sufran las risas por motivos crueles. Sólo tiene seis años, pero comprende perfectamente que pegar o reírse de los demás no está nada bien. Ella ha tenido la suerte de ir a una guardería y después a un colegio donde sus compañeros son de nacionalidades muy diferentes. Ella jamás ha notado, ni ha hecho mención de que le llamara la atención una piel diferente, un idioma diferente, un niño con una ropa u otra, con dificultades físicas ni psíquicas. Está aprendiendo ella sola que todos somos diferentes y todos somos iguales. Los niños nacen así. Si son más crueles de lo normal es que algo en su entorno falla. Yo envidio su limpieza interior y la dejo ser ella misma.
Yo de adulta he tenido que desaprender muchas cosas para volver a aprender. Ella me lleva en esto mucha ventaja.
Tengo otro niño precioso, más pequeño, que tiene autismo. Así que imaginaros mi miedo a que no sea aceptado, a las burlas o desprecios que seguramente recibirá. Aún así creo que siempre habrá gente, niños ahora, que lo defenderán cuando sus padres ya no estemos en este Mundo tan desordenado y perdido. Esos adultos que tendrán que luchar por los derechos de mi pequeño con discapacidad, son los niños de ahora.
Enseñémosles principios, empatía y respeto. Es lo único que dejaremos en este Mundo cuando nos vayamos, el resto no tiene valor ni huella. Seas padre, madre, abuelo/a o no seas nada de esto, es obligación de todos cuidar de nuestros niños.
Si cada niño tiene que ir periódicamente a su pediatra, con sus revisiones, vacunas, etc..¿por qué no hacer que tengan también su psicólogo infantil? Esta es mi idea.
Se podrían aplicar muchas más ideas, pero yo creo que de esta forma se podrían detectar y evitar cantidad de situaciones durante la infancia y adolescencia de nuestros niños y niñas, si tuviesen un psicólogo/a al que contarle su día a día, sus preocupaciones, sus alegrías, sus problemas,..
Para los niños sería como un amigo y para los adultos una manera de asegurarse de que señales o síntomas de algunos problemas, NO los pasemos por alto y no nos demos cuenta. La sociedad entera con sus impuestos paga la Sanidad. Esto también se podría pagar entre todos y todas, seas padre o no, sigo repitiendo que los niños son responsabilidad de la sociedad entera. Será la unica semilla que dejemos.
Evitar o percibir a tiempo, por parte de profesionales, problemas de acoso escolar, de maltrato, de entornos nocivos o violentos, de identidad sexual, de baja autoestima, de discriminación, etc...ahorraría mucho sufrimiento a nuestros niños y adolescentes y les hará llegar a ser adultos más felices y sobre todo, ayudaría a niños como Diego, de once años, para que no escriban cartas de despedida a una sociedad diciendo "Yo no aguanto ir al colegio y no hay otra manera para no ir"
Descansa en paz Diego y perdónanos por favor.
Atentamente,
Maria Redondo, mamá
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