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Se negó a darle la mano a un indio americano y eso que iba bien trajeado y el detalle de no ponerse las plumas respetuoso con el protocolo. Aconsejó al reaccionario Jair Bolsonaro, presidente de Brasil durante su campaña y elaboro su estrategia para que los norteamericanos del chicle y leche en polvo votaran al desequilibrado Donald “Wall” Trump. Steve Bannon, fogoso ultraderechista, será el próximo asesor del partido de la nostalgia llamado Vox. Lo veremos preparando estrategias para mejorar su actual posición en el tablero político español a esa Formación xenófoba Formación de cara a Municipales y Generales que le hace a uno dudar y preguntarse qué es lo que le ocurre a Europa que lo permite e Iberia que lo tolera.
¿Cómo un individuo que se cuelga medallas cuando le llaman “paleoconservador” y lo etiquetan como un racista, xenófobo, nativista, tiene cabida en nuestra sociedad como mentor? Habría que inventar un sistema político “menos malo” que la Democracia, - lo llevo diciendo desde que me di cuenta que Llamazares no era una réplica de Bin Laden - donde determinados gremios de ínfima condición y adivinándole el rabo antes que la cabeza, no estuviera reflejado en las urnas. (Esta “Democracia” actual, no me convence mientras delincuentes, sospechosos, asesinos sociales y corruptos, sigan dominando nuestras instituciones).
Este personaje, Bannon, aun consciente de que las necesidades fisiológicas esta a la altura de otros profesos de distintas ideologías, trata de poner cimientos/raíces en una Europa de inquietante factura. Aparenta ser un médium o mago de que la derecha fomente no su ideología, ya que carecen de ella, sino su salvoconducto a la opresión ciudadana bajo su yugo. Llevo tiempo preguntándome el porqué del auge de la derecha en esta Europa, continente deseado por los que no pertenecen a ella: ¿Quiénes son los culpables que intentan crear un separatismo que hacen oscilar extravagantes apetencias de convivencia en esta vieja Europa? ¿Quién intenta - a través de una dialéctica plagada de patrañas - hacer un globo y lanzarlo por el aire a tantos logros sociales conseguidos? ¿Qué lógica se entiende que el delirante Bannon descienda por estos lares y sus directrices encuentren cuadra y pienso de seguidores donde desarrollarse?
Si adquirimos un grado de cordura no permitido en nuestro tiempo, deducimos que los parados, pensionistas, universitarios con carnet de ida y sin vuelta, no tienen culpa de ello.
Entonces, sigo en mi diatriba al considerar: ¿De dónde salió este disparate/desatino cuando nuestro Continente es el preferido por otros que acuden buscando un futuro mejor y que dejan muy lejos ideologías externas que ya no compiten entre sí? ¿Se extrañaran que Europa sea un engaño continuo y que se medre en el engaño y fraude? ¿Qué la violación de una mujer, cuesta muy poco y su valoración judicial se cuestiona a la baja? ¿Qué la corrupción es el alma mater del sistema político de añejas hordas difundiendo y después anclando una convivencia perturbadora? ¿Esta gente que nos visita sabía algo antes de jugarse la vida?
Es cierto que hay una constante consternación de que lo que observamos; parece que no tiene remedio. Una inmediata solución a lo que negativamente contemplamos sin visos de solución, y eso, hace que los españoles, parece que siempre estemos de “capa caída” mala leche, y no de extrañar viendo como personajes como Steve Bannon, y esa intriga perturbadora que ofrece su rostro, se propone defecar en nuestros inodoros y vemos como en Europa, se acerca en continuo acopio de cisternas en desorden, ya que nos acercamos peligrosamente a la derecha más fanática e intransigente y que nos deja en doloroso estreñimiento.
Ya no se trata de analizar y llegar a criminalizar a los que no piensan igual que yo, - en ese concepto, sería la vida más divertida- es que viendo el panorama de ideas y programas que son excelentes para conformar un rechazo y retroceso, encima, la gente los meten en una urna. Puede ser el cansancio de ver siempre la mima película y el mismo final y quieran acceder a otra sinopsis de contemplación para masticar algo distinto que observa desde su gárgola. Los que alguna vez han no se han indigestado de su espíritu triunfalista, sienten nostalgia de su sabor y no han llegado a atragantarse todavía.
“Cuando empiezas a contar los días que te quedan cuando has cumplido los 60 años y observas el panorama amenazador que se cierne a tu alrededor, empiezo a pensar en el descuento” (Prof. Cojonciano Ceropelotéz)
Juan Marcelo
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