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La obesidad es un problema para la salud que se debe combatir con urgencia. Además, de la aparición de enfermedades como la diabetes e hipertensión, el paciente se somete a un estado depresivo del que es muy difícil salir. Con ayuda de los siguientes consejos puedes prevenir el sobrepreso y la obesidad. Y si quieres bajar de peso, en poco tiempo bajarás de peso hasta lograr tu meta ideal.
Una enfermedad combatible si se tiene la ayuda adecuada
Una vez que el índice de masa corporal es superior a 30kg/m2 se dice que el paciente está en obesidad. Es importante destacar que esta se considera una enfermedad crónica y como tal debe mantenerse un seguimiento médico para dejar de padecerla. Con ayuda de una alimentación saludable, descanso suficiente y una rutina de ejercicios es posible combatir los efectos de esta enfermedad.
Los modelos de máquinas de cardio en biciestática han resultado útiles para combatir la obesidad. Y es que los pacientes en esta condición tienden a evitar hacer ejercicios en lugares donde pueden ser observados. Sin importar donde se realice la actividad, lo más importante es mantener un régimen adecuado y constante. De esa forma, se verán resultados en poco tiempo y por supuesto, será menos probable dejar atrás la meta.
Pequeños cambios que llevan a grandes resultados
Más que bajar de peso, el objetivo que se debe plantear el paciente es cambiar su estilo de vida. De esa forma se logra un descenso gradual del exceso de masa corporal. Además, esto permitirá que el peso perdido no vuelva a nosotros con el paso del tiempo.
Lo principal es modificar los hábitos alimentarios, y probablemente es el paso más difícil. Una persona en obesidad está acostumbrada a comer en exceso pero también con ingredientes perjudiciales para la salud. En consecuencia, es importante hacer un cambio total de los alimentos.
En primer lugar, se pueden agregar a la dieta las frutas y verduras, preferiblemente crudas o cocinadas al vapor. Estas deben estar presentes con cinco unidades por día. También se debe incluir lácteos desnatados y cereales integrales que aportan nutrientes y energía para todo el día.
Cambiar las carnes fritas y con abundante condimento por el pescado o la carne magra es lo mejor. Lo más importante es que la cocción no incluya grasa, por eso se recomienda hornados, a la plancha, papillote o al vapor.
Por otra parte, se debe vigilar el consumo de alcohol y sal,así como aumentar la dosis de ingesta de agua al día. La recomendación es de 2 litros de agua diarios. La hidratación no incluye el consumo de jugos naturales y caldos bajos en grasa.
La comida más importante del día es el desayuno; este debe ser completo, por eso, se recomienda realizar un menú con antelación. Gracias a esto podrás variar los alimentos para obtener más beneficios de cada uno de ellos. No olvides distribuir las porciones en cinco comidas durante el día. Con este método evitarás tener ansiedad y caer en picar entre comidas.
Mitos sobre la obesidad
Para lograr combatir la obesidad es importante que el paciente conozca creencias erróneas que existen sobre los alimentos. Además, evitar influenciarse por mitos sobre tratamientos contra la obesidad. Aquí despejamos todas las dudas para que el proceso sea más efectivo y seguro.
El primer mito que queremos desmentir supone que las frutas engordan cuando son postres. No importa si te comes la fruta antes o después de la comida, lo que importa es la forma en la que se ingiere. De manera que no será lo mismo comerse la fruta que tomarse un jugo. Ahora bien, si te comes la fruta antes de la comida, puedes ganar una sensación de saciedad que te impedirá comer más de lo debido.
Los carbohidratos engordan más que las proteínas es lo que dicen los “expertos” en dietas. Sin embargo, la realidad es que ambos alimentos aportan 4 kilocalorías por gramo de nutriente. Entonces, hay que vigilar la cantidad que se consume de cada uno.
Lo peor de las dietas que matan de hambre es que sugieren que beber agua durante la comida engorda. Nada más lejos de la realidad pues este es un nutriente acalórico que no aporta calorías al organismo. Por lo tanto, no importa en qué momento tomes agua, jamás te engordará. Más bien hay que consumir abundante agua para mejorar el proceso digestivo, además de que ofrece otros tantos beneficios para la salud.
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