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...y lo creas o no, yo soy inventor, aunque me veas aquí, en Maastricht (NL) para cargar jamones crudos para España: Estoy dotado de cierta imaginación hasta para dotar de asas a las bolsas de plástico para que sea más fácil su transporte.
- Que interesante – respondí como si me importara mucho que fuera el emulo del que equipó con un volante a los coches.
- Pues sí – siguió el compañero – Muchos de mis inventos lo ha llevado a la práctica el empresario Ruiz Mateo con el logotipo de la abeja que le aconsejé. Fíjate: Me dedique un domingo a ponerle una ducha encima del frigo con cuatro tornillos para su sujeción clavados en la fibra. La manguera de la ducha la acople a la bombona de plástico auxiliar que llevamos todos; abrí el grifo, pero no llegaba el agua que permanecía estancada en dicha bombona, o sea, que no funcionaba.
- Podías -le insinué con cierta ironía – la posibilidad de poner la bombona arriba y la ducha abajo.
- ¡Lo pensé! – exclamó – pero es que la bombona pesa 50 kilos y no veas tú para subirla arriba. Entonces, consideré el subirla vacía con sus abrazaderas, clavarlas con dos nuevos tornillos en la fibra y sacar una manguera del radiador para llenarla y tener agua caliente, pero nada, tío…, ¿Pero tú crees que desistí…?
- Seguro que no – le conteste seriamente.
- Pues fíjate tú: Llene de agua la regadera que tengo en el jardín que siempre me acompaña y me propuse acoplarla en una esquina del techo del Termoking. Con un taladro, le hice dos agujeros en el Termokin y la sujeté con dos tornillos sin darme cuenta que taladré la batería. Con un cubito de playa de mi niño, la fui llenando y una vez llena, le puse un cordón que llegaba hasta tierra para balancear la regadera, pero no se movía. Le quité los dos tornillos, pero la misma sin sujeción, se vino abajo... entonces, se me ocurrió un invento que muchos compañeros me han copiado, aunque fácilmente olvidan sus agradecimientos como inventor que es el ducharme en una gasolinera.
Mientras me quedaba fijamente mirándole disimulando una mala expresión de admiración, lo llamaron para cargar; abrió las portezuelas del frigo y observé que el techo estaba lleno de ganchos y unos pequeños focos de sol penetraba por los agujeros que el había hecho para colocar la ducha, por lo tanto, deducí que no me había mentido
Una vez cargado, me acerqué más a el.“En la versión original sin subtítulo – me atreví a decirle -has nombrado a los tornillos varias veces, ¿no?
- Si – contesto preocupado - ¿Qué pasa?
- Nada, nada...- conteste rápidamente.
(...y lo creáis o no, esta historia es verdadera porque en los anales de la Empresa Navidul, todavía se acordaran de mandarme cargar jamones sin ganchos de sujeción y no pude cargar después de esperar dos días) Después de navegar en soledad durante días y noches, es muy licito y hasta aconsejable escuchar a compañeros con los que te encuentres y prestar suma atención - te cuenten lo que te cuente - ya que siempre tienen algo que decir para aislar ese mutismo, silencio y soledad interior que no hay forma de acostumbrarse. Es un buen método para no encontrarnos solos. La fórmula del “inventor” también es lícita. Le ha dado por eso; porque tenía algo que decir y me parece respetable.
Juan Marcelo
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