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(El Día Mundial del Orgasmo Femenino fue el 8 de Agosto pero a buen seguro que no será cosa de un día.). Contemplemos el escaparate:
Seis de cada diez mujeres reconocen haber fingido un orgasmo.
Parece ser que las cuatros restantes no saben, no contestan. No están al corriente o simplemente, no han fingido nada.
Un concienzudo estudio realizado por la firma Control concluye que es así. Que ya no te puedes fiar. Que la satisfacción de preguntarle a tu pareja con una sonrisa de oreja a oreja segundos después de tal culminación: ¿Qué tal? ha quedado desfasada por la poca fiabilidad en la respuesta de tu consorte femenino.
Según Control, el 61% de las mujeres españolas encuestadas, han fingido un orgasmo alguna vez, pero solo el 10% han sido descubiertas.- El estudio no contempla por que o por quien han sido descubiertas - (¿Algún suspiro a destiempo? ¿Un ¡oh! de éxtasis cuando el marido se esta poniendo ya los calcetines? ¿Alguna amiga poco discreta? ) No hay referencia a ello. Parece ser que el 49% restante, siguen campando a sus anchas. Como si la cosa no fuera con ellas. Ellas; a lo suyo.
(Como puede observarse, el baremo de los porcentajes, las encuestadoras los hicieron en pleno embeleso: No cuadra.)
El 36% de los varones encuestados, cree que su pareja ha fingido un orgasmo en alguna ocasión pero no se acuerda del momento. No recuerda si fue en los preliminares; en pleno acto sexual. Secándose el sudor o saliendo apresuradamente por la puerta.
- Lo curioso – me apunta mi regadera – es que ellas tampoco se acuerdan, quizás por lo reiterativo. Difícil tarea la de estas mujeres en fingir un orgasmo para que la pareja termine antes de que Rajoy nos recupere Gibraltar.
Desde luego. Prosigo: Esta marca, no contenta con la angustia despertada a sujetos que hacen del acto sexual un rito. Individuos que engloban el acto sexual como un dogma de fe. Santos varones divulgando a los cuatro vientos que a su pareja, siempre la deja “bien servida y a gusto” la citada firma comercial, ha creado una aplicación para móviles llamada Orgasmómetro, (en español; Chichimetro) que registra y compara los mejores momentos sexuales de la pareja según los parámetros de grititos satisfactorios, jadeos compulsivos, desgarrones en la piel, movimientos sensuales gustativos, la duración del acto en si, y la imagen de el expresidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn como imagen de culto presidiendo el desarrollo.
El estudio, no descubre frases enternecedoras, turbadoras, - cita cuasi obligada - que la mayoría de las féminas pronuncia en pleno acto: Frases de ellas cuando preguntan angustiada a su pareja: “¡Pero…Pepe! ¿Ya?” O la penitencia de escuchar, por reiterativo a las mismas: “¡Te has lucido…!” La de el, es más simple el mensaje: Con solo mirarla, ya puedes colgar la espada, enterrar el hacha, o volver a la guerra.
En todo este apasionante embrollo, galimatías sexuales, en que Control ha elaborado su estudio, no han tenido en cuenta que hace años, Betti Friedan, dejo sentado un pensamiento que bien hubiera dado al traste con toda la pseudo-elaboración de dicho estudio: “Una mujer, puede tener un orgasmo hasta abrillantando el suelo de su cocina.”
La actriz, Sharon Stone vaticino en su día que: “Las mujeres pueden fingir un orgasmo pero los hombres pueden fingir una relación entera” Axioma demasiado evidente basado en cierto “Instinto Básico”.
Pienso que el orgasmo femenino, no tiene forzosamente que hallarse en el simple y obsoleto acto sexual. Que hay un gran número de mecanismo o dispositivos para fomentar, excitar la libido de una mujer. En Africa he observado como a la novia de le caía las enaguas al regalarle el novio un buen ejemplar de camello. En America, en un reportaje, de Gente Dispar, la recién desposada Bette Daquí, lanzaba sus bragas a los invitados cuando su recién estrenado marido le obsequiaba con un esplendido Mercedes-Benz 500-D. A la estrella del porno galo, France.com, se le abrieron las piernas instintivamente cuando observo que el tamaño del miembro viril de su “partenaire” era normal. En España, Macarena Giraldez, sevillana y encima con tres hijos y separada, tuvo un éxtasis culminante cuando recibió una notificación de que la casa que poseía no podía ser embargada. Curiosamente, Macarena confeso días después que era una de las que se sometió a las encuesta de Control en el apartado de haber fingido un orgasmo con su ex marido de vez en cuando.
Es de imaginar, que las mujeres si dispongan de un orgasmo distinto acorde con la situación. Aunque ese orgasmo sea un referente para todo. Uno será de mayor intensidad que otro pero la fuente es la misma aunque las situaciones varíen. (Una de esa situaciones en que su consorte se empeñe en buscar en su pareja el punto G y se ha estancado en el punto Ñ considerándolo como muy suyo. Posiblemente a la Z, no llegara).
Hay grandes perplejidades en el mundo siempre escabroso de la sexualidad. Poco a poco, es posible que se descubran grandes incógnitas que permanecen inéditas pero tampoco nos mediatizaran, surja lo que surja, aunque somos conscientes que un orgasmo femenino, siempre ha tenido, desde el principio de los tiempos, el poder de modificar la mente de un varón en un mundo gobernado por hombres. Que un simple orgasmo, fingido o no, pero bien sincronizado por una fémina, puede cambiar el color del prisma con el que mira un varón obnubilándole y cambiándole ideas e iniciativas.
Quizás por ello, un mundo gobernado por mujeres, seria más apacible e idilico aunque a la larga, dejarían arrinconada su principal y mejor arma.
Mientras, propongo el “Día Mundial de los Mártires de la Eyaculación Precoz”.
(El 70% de españoles con disfunción eréctil, según ATLAS, acuden al medico sin sus parejas .Las parejas consultadas, asumen que ya lo sabían.)
Son aquellos que posiblemente hayan sido olvidados en la encuesta de CONTROL.
NOTA:
El eminente profesor italiano de Teología Moral, Don Orgasmio Malogratti, ya hizo un estudio sobre la misma temática creando para ello, una aplicación para Sonotones llamado," Infrecuenti Ilusionari" (Éxtasis Cuestionable) Esta aplicación, detalla los malos rollos de la pareja en momentos de desahogos sexuales así como la cuestionable frigidez de ella y el escaso entusiasmo de el.
Hablaremos de ello.
Juan Marcelo
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