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- ¿Es posible aprender ingles con tan solo cien palabras?
- Sí: Si ya sabes ingles.
Esta secuencia de José Mota, siempre que aparece, despierta en mi cierta sonrisa.
Hubiera deseado que Ana Botella no se hubiera hecho eco de ella y expresara en correcto español el “celebrar la vida como lo hace el pueblo español” Pero no: Ella, erre que erre, siguió expresando en un ingles sui-generis, la idílica y venturosa vida de los españolitos entre otras futuribles excelencias. Quizás llevada por esa euforia y sentimientos patrióticos, a pregunta de un periodista del New York Times sobre el paro patrio, ella respondió con las bonanzas deleitosas del global social hispano y bondades de las instalaciones de la Villa Olímpica madrileña. (La Orford Academy, ya se ha puesto en contacto con Botella para impartir esa lengua a las tribus del Kilimanjaro)
Dotada de cierta sapiencia botánico-agrario, nos demostró a los profanos que “las manzanas no son peras. Si se suman una pera y una manzana, nunca pueden ser dos manzanas” Sentencia testimonial que dejara para la posterioridad las preclaras mentes que gobernaban este País.
Cierto resentimiento ha despertado la alcaldesa de Madrid al ubicar las excelencias de un café con leche en la Plaza Mayor. Parece ser que un café con leche servido fuera de ese ámbito, o la leche se corta o el agua estaba estancada en el cubilete. Los camareros son simpáticos en esa Plaza; el resto: te tiran el café desde la barra de mala gana o el lapo resabiado esta al caer.
- No tuvimos la suerte de ver en directo a Pau Gasol – me apunta mi regadera –Debido al “chaparrón analógico”. El, con esa altura, hubiera servido de pararrayos a tales despropósitos y enredos dialécticos.
- Desde luego – coincido – Aunque hay que denotar que en diferido, no “encestaba” como nos tiene acostumbrado. Sin embargo, Alejandro Blanco si dio en el “blanco” al sentenciar “que Dios va con Madrid” Quizás no se percato que en el momento de tal alocución, Dios estaba con Sergio Ramos y su novia degustando sushi en un restaurante chino que no quedaba, - por asonancia - tan lejos de Japón.
Pienso, que mas honesta fue la Consejera Delegada de Relaciones Internacionales de Madrid 2020, “rimbombante titulo para tan poco menester visto los resultados” que diría el profesor Don Cojonciano Ceropelotez, reconociendo la Consejera que si hubieran tenido alguna duda de que a Madrid se la cargarían a la primera de cambio, no habrían expuesto las figuras de Príncipe dando la cara ni a Rajoy como consorte oratorio. Un Rajoy cuya mente estaría, sin duda, pensando si algún papelito de Barcena/Implicatorius ha quedado suelto en los ordenadores que regalaba la Comunidad de Madrid a los estudiantes allá por el 98”ya que su nerviosismo quedaba patente. (Algunos, de aviesa intención, piensan que en la Delegación Española faltaba una persona como Sánchez Gordillo y su palestino pañuelo ¡Hasta los micrófonos de los miembros del COI se hubiera llevado para darle voz al pueblo!)
Mientras, la Puerta de Alcalá, como imagen premonitoria, sirvió para darle “puerta” a nuestra Delegación. Por ahí salían nuestros representantes sin aclararse como Madrid ha caído fulminada de la manera más chusca y grotesca. Mientras, los leones de la Cibeles no se aclaraban en sus comentarios y hasta la Caja Mágica perdía su magia.
Presentamos un proyecto donde no plasma la situación real de nuestro País.
Un proyecto que omite secuencias diarias donde los corresponsales extranjeros, montan guardia en nuestros juzgados para conocer a quien o a quienes les toca hoy. Donde los comedores infantiles superan con creces las previsiones de los encargados/as de esta función. Las tres comidas al día a nuestros “atletas” alevines como “Marca España” Donde los ídolos caen cuando el barro del dopaje los destruye. Cuando ya se exige una hipoteca para ocupar un espacio en los bajos de un puente. Cuando la inquietud social, el paro, la penuria económica, la corrupción, se plasma en nuestra convivencia, nos empeñamos en presentar un País alegre, optimista, radiante, modélico. Todo por unos Juegos Olímpicos que a la mayoría de los españoles, (ocupado en otros menesteres como salvar su precaria situación) ciertamente se las trae floja esos dichosos Juegos concientes de que habría que hacer otra Olimpiada; como la llenar de esperanza y confianza a los actuales y futuribles “atletas” que no es otra que la población.
Mientras esto no suceda, el 80% ya construido de la Villa Olímpica, quedara como símbolo: testimonio de la precipitación tan hispana de vender humo sin la aprobación de chimeneas ajenas. Hacer de la utopia una palpable realidad antes de tiempo. Imponerse a un reto quimérico. Empezar la casa sin la aprobación de futuros inquilinos.
No hace mucho, expuse e insistía…
–…En un infrecuente y extraño momento de lucidez - ataja mi regadera con cierta saña.
- En un infrecuente y ex… ¡¡¡Reflexionando!!! sobre la cuestión, que lo único fiable que podíamos exportar era nuestro sol. Que ya no creen en nuestros mensajes, aciertos y sana intención. Que el mundo nos mira con sibilina desconfianza. No se fían. Que ya estamos pre-juzgados y encima, nosotros, haciendo acopio de cierta tozudez maña, nos presentamos en los Foros Internacionales mostrando nuestro – en voces detractoras - distorsionado fundamento. Todo ello, a sabiendas que ya nos conocen, de modo que el rechazo a nuestras propuestas, ya han sido consensuado y por lo tanto, señalado, predispuesto y sentenciado. Eso nos va a servir para que tengamos sumo cuidado en las batallas que se nos presentaran. Sobre todo, a la hora de distribuir y lanzar al vuelo nuestro mensaje.
Muy conscientes de que el café con leche, no vende imagen ni resplandece al paisaje.
Mientras, la Antorcha Olímpica caminara con ojos rasgados hacia Tokio aunque el pebetero español seguirá encendido cuya función mas socorrida, a falta de antorcha, sea para quemar los papeles de Barcena/Borradorius.
Otra nota más de “confianza” que habría que arrinconar para futuras presentaciones.
Cuando estemos “limpios” es de imaginar que nos miren de otra forma.
Juan Marcelo
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