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Francisco Domínguez
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Después de dos años observando cómo discurren los plenos en mi pueblo, Carboneras, me temo que el concejal de Hacienda, el señor Felipe Cayuela, se presenta como un antagonista, interpretando mediocres papeles y guiones que sobrepasan la ética de una persona, ante un patio de butacas vacío, sólo lleno de sombras que palmean al son de sus insultos.
Señor Felipe, el que le cursa estas líneas, nunca en sus sucesivos artículos ha mencionado ni nombres ni insultos, ni le ha faltado el respeto a usted ni a ningún concejal del equipo de gobierno PP-GICAR. Eso me diferencia claramente de usted, que lleva el insulto al ámbito político y familiar, y no deja de señalar desde la falta de respeto al concejal y portavoz socialista en el Ayuntamiento, José Luis Amérigo, portavoz del PSOE de Carboneras, votado democráticamente por muchos carboneros y, por supuesto, por sus compañeros de partido.
Lo último del señor Cayuela: Que, además de insultar a Amérigo, utilizó el pleno para hacer lo propio contra el Partido Socialista sin tener en cuenta –o teniéndolo, pero sin importarle lo más mínimo- que cuando actúa así, desprecia directamente el voto de los millones de españoles que apoyaron a esa formación en las últimas elecciones nacionales.
Señor Felipe, la mentira y el insulto son, sin duda, elementos interiores presentes en la naturaleza humana. Es algo que va identificado con la autoestima. Y usted, señor Felipe, cuando ve que desde el PSOE se les formulan preguntas dificultosas, problemáticas, o que no quieren responder, siente que su autoestima está siendo amenazada y su defensa es o la mentira o los insultos. Gran habilidad la suya para mentir, insultar y evitar la confrontación de la verdad.
Francisco Domínguez
Secretario de Relaciones Sindicales del PSOE de Carboneras.
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