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Este mundo nuestro cada vez necesita de terapia grupal entre los países que lo forman, ¡pero con urgencia!. En Nigeria, un grupo terrorista radical de corte islamista, ha secuestrado a unas doscientas niñas y adolescentes, con un miserable y mal nacido líder diciendo que “ala se lo ha dicho”.
De este suceso nos estamos enterando gracias a las redes sociales y a la movilización de celebridades y famosos, sino, sería otro suceso más en los informativos.
Mientras escribo estas palabras, aparte de “hervirme la sangre”, me apetece soltar más de un improperio, la educación manda, por tanto, la contención es debida, pero no mi verso, que diría algún rapero.
Te pones a pensar, ¿quién son esos desgraciados?, si tienen madre o padre, si tienen hermanas o hermanos, si algún día les enseñaron o les hablaron de lo que está bien o de lo que está mal, de la familia, de los derechos de las personas.
Si no tuvieron esa suerte, podría pensar en lo salvajes que son, sin poder compararlos con ningún otro animal, ya que no hay tanta crueldad en la faz de la tierra.
Pero eso no puede ser, no, no puede ser, porque se consideran musulmanes, y aunque poco conocedor de la religión musulmana, se que la comunidad, la familia, los padres e hijos son lo más sagrado, vamos, como en la mayoría de las religiones.
Si son musulmanes deben (es obligatorio), conocer el dogma de su dios. Si no se lo han contado, Lo podrían haber leído, tiene un libro sagrado con bastantes “aleyas”, que hablan sobre las bondades de la familia, las mujeres, los hijos y los derechos de unos y de otros, desgraciadamente también otras nada afortunadas, que hablan de sumisiones y castigos, pero eso es otra historia.
La historia de ahora es triste, muy triste, porque los fanatismos no razonan, son viscerales, son enfermizos, y ante eso hay que rebelarse. El fanatismo de este grupo de miserables sobrepasa religiones, no es humano. El valor que se le da a la vida, como pura mercancía es abominable en los tiempos que corren, y los silencios de las sociedades, las hacen cómplices.
El terrorista psicópata que les dirige, autoproclamado profeta, porque por lo visto puede escuchar y hablar con su dios, está jugando bien el papel de líder religioso fundamentalista, quizás no sea ni consciente de ello, ni que haya sido ese su objetivo, quizás lo que buscaba era notoriedad y miserables dólares.
Los que sí deberían ser conscientes y estar algo preocupados son los ciudadanos que profesan el islam o los líderes de países y demás mandatarios musulmanes sean árabes o africanos por el enésimo daño que les están haciendo a su fe.
Los ciudadanos de a pie somos rápidos en nuestras opiniones y básicos en
catalogaciones, los estereotipos como en “ocho apellidos vascos” funcionan. Esto no ayuda a que su religión sea ni mejor vista, ni aceptada, el camino por el desierto del Islam será de décadas, en un mundo globalizado, y cada vez más concatenado.
Las redes sociales en ocasiones sesgadas, son rápidas a la hora de denunciar y dar a conocer hechos que abochornan al mundo. En este infame caso, han sido celebridades que, imagen por delante, han salido a pedir la libertad de estas pobres niñas.
Si, es cierto que EEUU, Gran Bretaña, Francia y China, están prestado su ayuda para colaborar en la búsqueda de esta barbarie, pero faltan más imágenes, más voces, más voluntades.
Me gustaría ver a famosos y celebridades árabes y africanas musulmanes intentando sensibilizar a las poblaciones y a sus incondicionales sobre Io que no se puede tolerar.
Las imágenes y sonidos que me gustaría ver y escuchar, son las de imanes y ulemas diciendo que esos desgraciados no representan al islam, ni son musulmanes quien realiza dichos actos, haciendo pedagogía e instando para que se devuelvan las niñas a sus padres, repitiéndolo una y otra vez en cada mezquita de cada ciudad del mundo.
Me gustaría ver a presidentes, ministros, y jeques del mundo árabe y africano, reuniéndose con urgencia, para tener una voz común, una fortaleza que haga mella en esos y otros malditos terroristas y que sus ciudadanos aprendan que eso no se puede admitir, que son los derechos humanos los que deben regir en cualquier país democrático.
Me gustaría ver slogans en árabe aunque no los pueda entender y que pongan: “Real Men don’t buy girls”. (Los hombres de verdad no compran niñas).
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