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“Una cosilla que se me viene a la mente…
La primera vez que vi la imagen del ministro Arias Cañete, fue devorando un chuletón de ternera y con ese gesto, calmar la alarma de la población aseverando que la Crisis de las Vacas Locas era un slogan de la Central Lechera Asturiana y prueba de ello, es que había bailado con algunas de esas vacas y no noto en ellas ningún paso distorsionado.
Desaparecido el bonachón ministro del panorama rural/agrícola/medio ambiental y pasar a exponer su barba (hoy en día muy en boga y sinónimo de éxito debido a Eurovisión) como Eurodiputado), delega ese cargo del teatro y posteriores comedias a la compañía: Green Peace, y como consejeros a Salvemos Algo y Demolición Demoníaca. Todos en común esfuerzos para deleitar al gran publico carboneril que no es otro que sus `propios ocultos intereses con alguien que en la sombra los mueve a voluntad. Esa sombra que aparece y dicta el dialogo y acción. Que les indica que la piqueta la sustituyan por alquitrán importando muy poco lo nocivo de ese producto en el paraje donde esta construido dicho “teatro”.
- Curioso. - apunta mi regadera - Ecologistas en Acción deteriorando el Bajo, Medio y Alto Ambiente. Muy propia la “acción” de los Ecologista.en Acción.
- Si:- contesto aplaudiendo su ocurrencia - Se personan clandestinamente y amparados en la oscuridad que le proporciona el telón de fondo, el elenco de actores/ecologistas provistos de cubos con el aludido producto, se dedicaron a pintar fachadas, cristales y armarios todo ello amparado por la pasividad tanto municipal como del orden publico que contemplaba expectante el desarrollo de la función impasible, inalterable si la comedia sigue a la novela.
Horas después, una vez acabada la función, tanto la teatral hazaña como la obra expuesta, quedo a gusto y satisfacción de esas hordas complaciendo a los responsables con el negro acabado y feliz final del propósito. Reciben el prometido bocadillo como premio a interpretar tan bien “Desmontando Algarrobico”y hasta la próxima función. (Los más prometedores, tendrán libre acceso al campo de Golf del Hotel Puerto Marina situado a 32 metros de la playa)
La aludida función, no termino de agradar a los vecinos de Carboneras. Ni mucho menos a los 1.472 parados del municipio. Malestar vecinal por la intromisión de gentes extrañas y comparsas adheridas a última hora, que ni habían comprado sus entradas. Estos vecinos, los carboneros, clamaban al cielo por el destrozo hecho en una obra teatral donde el elenco se empeñaba una y otra vez en no ajustarse al guión en total fidelidad/legalidad. Cada uno de estos actores/histriones, interpretaban su papel al libre abredío pero siempre coincidiendo con en el protagonista principal, el guionista, Green Peace que también hacia las veces de apuntador y que consentían que dichos actores improvisaran sobre la marcha pero eso si: hacer como un dogma de fe que pasara desapercibido a los espectadores/vecinos de Carboneras. Hacer estragos en un conato de intimidar a esos carboneros.
Vecinos que se preguntaban una y otra vez si la actuación tenia el correspondiente permiso que justificara su puesta en escena y sobre todo si no han tenido en cuenta la reprobación del autor de la novela/juez, que no contemplaba en su leyenda ningún acto vandálico y cuyas consecuencias, tiene el riesgo de poner en pie de guerra a los asistentes/vecinos por esa adulteración y la obra se convierta en un plagio intencionado. . Vecinos que al margen de la obra, sacan sus propias conclusiones y que ven que el teatro/hotel `puede dar mucha vida al pueblo y no necesitan a nadie foráneo e intencionado que venga a representar ninguna función mediatizada ya que ellos están dispuestos no a defender una sola obra de un autor local sino a interpretar obras completa con 362 parados carboneros que bien podrían actuar de extras.
Nadie de fuera, proclaman, tiene que venir a aconsejarles lo conveniente en sus decisiones ni enseñarles a vivir.
El pueblo de Carboneras, siempre mirado de reojo y recelo a cualquier iniciativa de vanguardia o adelanto, sabe lo que le interesa para desarrollarse, por eso, un aviso a esos gremios de ociosos comparsas que hace de la ecología un credo de sospechosa convicción siempre bien llevada entre la obstinación y el empeño y custodiado por extraño y dudoso amor propio, debían saber que:
Pescadores sin pesca y barcos desguazados. Vecinos en precarias condiciones económicas. Nulo desarrollo industrial. Pequeños comercios convertidos en olvidos de última hora. Efímero empuje en instalaciones. Parados a los que pagan con trabajo. Que ENDESA o HOLCIM nunca ha solucionado la problemática laboral de Carboneras. La fuente de nuestro desarrollo seria dotar a uno de los pueblos más bello de la Costa Andaluza de servicios básicos y estructura necesarias para la creación e impulso a un municipio que sea eminentemente turístico. Es nuestra salida al progreso y futuro de nuevas generaciones Había que empezar por algo y se construyo el Hotel Algarrobico que era el primer paso para dotar al Término de la infraestructura necesaria para acoger a turistas de mayor calidad sin desterrar a los que hoy en día nos visitan de zapatillas.
Parece que nuestro sino es no dejarnos despegar. Cualquier proyecto que acomete el pueblo es mirado con lupa. Nos tantean con cierta prevención cualquier signo de crecimiento. Con desconfianza o suspicacia en los escasos logros. Quizá por ello recelando y dotado de cierta desconfianza premonitoria, estos “defensores del bien común” dudan de nuestra buena voluntad y optan a que con un buen baño de alquitrán, sea suficiente para derribar nuestras ilusiones y condenarnos a la mediocridad urbana. Ilusiones que los carboneros no vamos a perder sin presentarles batalla y representar otra obra más acorde y real de nuestra situación. Quizás por eso, el pueblo se ha unido en su protesta. Ya no se pueden aprovechar de diferentes pensamientos en sus vecinos que marcaron al pueblo. Todos defendiendo lo mismo. Todos empujando el mismo carro.
Eso es lo que temen los que se personan en la noche ocupando zonas que no les pertenece y pintando sus fachadas. Que todos los carboneros respiren el mismo aire en defensa de un patrimonio futurible.
Mientras, estos llamados ecologistas podían olvidarse de nosotros y ocupar su tiempo colocando placas metálicas en el cuerpo de las focas.
Con lo “agustito” que estaban ellos mimando con deleite sus plantitas…
Juan Marcelo
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