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¡Ay, Susana, Susana! Con lo a gustito que te hubieras quedado declarando lo que todo político que se precie en declarar que “no intervenimos en las sentencias judiciales” “respetamos la decisión de los jueces” “acatamos las decisiones de los Magistrados” Pero tú no: En la última sentencia del Tribunal Superior de Justicia Andaluz y bajo presión del Gremio Salvemos Algo, te limaste las uñas y declaraste que “Iremos al límite para parar esta barbaridad – referente al Hotel Algarrobico – “Que esa barbaridad no siguiera adelante”
- Esta declaración, la hiciste, como he comentado antes, bajo presión. Para contentar a las hordas pseudo/ecológicas que ven perdida su batalla y no ven manera de amortizar el alquitrán. Te escudaste a que la noticia la habías sabido por los periódicos.
- Jaime del Val, más preocupado por salvar su dignidad que por su cabalgante alopecia, amenaza que habrá guerra. ¿Guerra contra quien? Este ocioso comparsa de Green Peace, que se quedara sin apoyo y algo defenestrado por la citada organización, anuncia que habrá guerra. Muy respetuoso con la decisión de los jueces que declaran legal el Hotel, el se erige en contra de ellos y paladín de su particular lucha. Cuando la Justicia sufría esos vaivenes senténciales, el se limitaba a sacar pecho y embadurnar mentes a su sequito. Ahora ya no es lo mismo. Ahora demuestra a los Carboneros tanto afán en que se declare ilegal el Hotel Algarrobico .Ya es una cuestión de amor propio, El no defraudar a sus huestes, En adquirir más prestigio en un colectivo que mas que salvar a Mojacar, la está hundiendo. Si se lleva a cabo la apertura de nuestro Hotel, es muy posible ver a dicho sujeto cambiar su camisa negra por otra de vivos colores en plena decadencia, tanto social como de influencia. Eso no se lo puede permitir el caballero que ha perdido el norte de su vocación y sabe que va a ser sentenciado – por el hermano mayor de la cofradía, Green Peace - a buscar las chapas que las tortugas han perdido en el litoral carbonero. Dice el pintoresco caballero que “este tipo de instalaciones, se nutre de mano de obra barata que llega de fuera y son la ruina del comercio local. Una estafa “ – concluye. - Menos mal - exclama mi regadera – que tenéis un ángel protector. Gracia a el que os indica lo que está bien o mal. Es lo que necesitabais ya que vosotros, los carboneros, necesitáis un guía que os diga lo racional o lo primitivo. Ya os da lecciones de como afrontar vuestra vida. Y es que cuando alguien salido del fango le proponen asumir un cargo y le cuelgan algunas medallas, el lodo resultante intenta que se desprenda con la máxima rapidez. Su prestigio va a en ello. El está en posesión de la verdad. Aunque se nutra de espejismos cual iluminado. - Desde luego. Pero escucha esto: Mar Verdejo, responsable de Desmontando Algo, dice que “se está trabajando para que la Unión Europea ponga cordura con esta última sentencia que contradice las ultimas diecinueve” No sé si llamar poco cuerdo a un Juez implica delito o una simple falta, pero la ociosa Mar, se lo tiene que mirar. Tantos años de “desmonte” local y ahora tiene que recurrir a la Unión Europea que si sentencia que el Hotel es legal, no le va a quedar más remedio que cambiarle el nombrecito al gremio. Algo así como: “Montando en Cólera” (Por cierto Mar: Tenias que explicar de quien parte las subvenciones donadas a Desmontando y quien fue su primer promotor así como su puesta en escena. Los carboneros estamos deseando conocer tu versión) Y es que toda la parafernalia ecologista que marchaban cabizbajo después de no haber conseguido que Endesa paralizara la 3ª Fase, su empeño era conseguir una victoria. Había que conseguir un triunfo y vieron que el Algarrobico era el tótem propicio y sacrílego para conseguir estar en candelero y demostrar poder. Una victoria, por pírrica que fuera para convencer a sus acólitos el poderío de esas organizaciones, que no paran de soportar batacazos tras batacazos. De ahí, el empeño puesto para que el hotel no se les fuera de las manos. Así tenemos ,que el asunto Algarrobico ya forma parte de una cuestión de amor propio de las citadas organizaciones. Hacer un dogma de fe para su derribo. Soslayar las batallas para convertirla en la victoria final. En ello va su razon de ser o existir. Mientras, el hermano mayor de la Cofradia, Green Peace, espera paciente rellenar el deposito de la lancha para dar instrucciones
- Nosotros, los carboneros vamos a defender el fortín de gente extraña que bajo siglas extrañas, intentan conquistarlo. Vamos a procurar que la cobarde acción de impregnar de brea un edificio, no se vuelva a repetir. Vamos a prepararnos para ello. No vamos a dejar que un primer pasó a futuras estructuras turística, nos prive de ellas grotescas y ociosas comparsas que se llamamn asimismo ecologistas cuando realmente están favoreciendo trusts de anónimos interereses .
Juan Marcelo
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