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La Trata de seres humanos con fines de explotación sexual, fundamentalmente mujeres, niñas y niños, constituye una de las formas de violencia de género más extendida, considerándose un crimen de “lesa humanidad”.
Han transcurrido 15 años desde que la Conferencia Mundial de Organizaciones y Redes que luchan contra la explotación sexual y el tráfico de personas, junto con la Conferencia de la Mujer reunidas en Dhaka, Bangladesh, acordaron celebrar cada 23 de septiembre este día. El tráfico de personas es el comercio de seres humanos captados con violencia, engaño y abuso de su situación de desamparo y miseria para convertirlas en esclavas que les produzcan ganancias. Se ha convertido en el negocio más lucrativo del mundo, más rentable que el tráfico de drogas, no sólo económicamente, también en lo penal: el mínimo de cárcel por traficar con drogas son nueve años; cinco por trata.
La trata se ha convertido en la esclavitud del siglo XXI, es una muy grave violación de los derechos humanos, según la Organización Internacional del Trabajo afecta cada año a 2.500.000 personas, fundamentalmente mujeres y niñas. Es un negocio transnacional que genera millones de dólares al año, según datos de la ONU entre 5.000 y 7.000 millones.
El 90% de las mujeres que ejercen la prostitución en nuestro país no son españolas, de este 90%, el 34% son de Europa Oriental, el 58,5% de América Latina y el 7% de África, mujeres sin papeles, perseguidas por su situación irregular, pero no pueden ser legales porque no tienen un trabajo reconocido y reconocerlo no es la solución. Se trata precisamente de lo contrario hay que ayudarlas para que abandonen esa esclavitud, evitando que estas redes mafiosas puedan importar con reconocimiento legal “mano de obra” con la que abastecer sus clubes. Algo que está muy presente en la provincia de Almería.
Las victimas del comercio sexual son denominadas “prostitutas” o “trabajadoras del sexo” cuando en realidad son víctimas de un sistema económico, social y religioso que no les ofrece oportunidades.
Hay que realizar campañas de sensibilización para acabar con los estereotipos que legitiman estos comportamientos, el lenguaje, los anuncios en prensa e internet, anuncios insertados por Agencias que controlan y fomentan la explotación de las mujeres.
Erradicar todas las formas de explotación sexual pasa por la lucha por los derechos humanos y el reparto igualitario de los recursos económicos y de poder entre hombres y mujeres.
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