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Decía mi profesor favorito, Cojonciano Ceropelotéz, que “no debemos estirar demasiado la manga porque nos quedaremos sin jersey” Quería decir con esto que no podemos hacer lo que nos venga en gana y jugar con la pandemia porque ella puede volver a pegarnos la hostia por el mal juego empleado con ella.
En este momento las normas establecidas por los responsables de sanidad, guardianes para decirnos lo que hay que hacer con el fin de que la pandemia no vaya a más, y que nos han hecho llegar los portavoces del Gobierno para su obligado cumplimiento. Son bastantes los que las toman de manera insensata no haciendo caso de las mismas y sin darse cuenta, o dándosela, son actitudes imprudentes cuando no temerarias para un País bastante castigado mucho antes de que un elefante abatido, se confirmo después que dicho animal no tenía culpa de que los presupuestos Generales del Estado no salieran adelante.
Esto que ya es malo de por si al contagiar al que así actúa, lo es mucho peor porque va a ser el transmisor, queriendo o sin querer, para hacerlo llegar a los demás causando por lo tanto: más padecimiento, más muertes, más confinamiento, más parálisis del país y un rosario sin fin de penurias nunca vividas que ponen los pelos de punta hasta al más calvo, tipo Alfonso Arús.
De ninguna manera se puede permitir que esto suceda y por lo tanto la vigilancia debe ser muy estrecha para que la insensatez o la mala "uva" de quien no actúe de acuerdo a las normas establecidas, lo pague como merezca y de manera proporcional al mal que pueda hacer o pretenda causar tipo “Banderas al viento”
Hay que evitar a todo trance que no paguemos justos por “pescadores” lo que alguien le venga en gana, quizás con el objetivo de desestabilizar la concordia social patrimonio de los que lanzan mensajes absurdos y llenos de rencor. Como si no fueran suficientes aún los problemas de todo orden que nos presenta la vida cotidiana, para que aún haya algunos que van en busca de más problemas, siendo los paganos hasta ellos mismos. Hay que luchar contra el coronavirus en vez de hacerse cómplice o aliado del mismo.
Es necesario que la cordura la tengamos todos y que rememos en la misma dirección para decirle cuanto antes adiós a esta pandemia y poder vivir en paz. Ya vendrán los tiempos de fiestas y disfrutes, pero ahora seamos prudente .., así que no olvidemos que con la pandemia no se juega porque llevamos la de perder y nunca ganaremos ni nos va a permitir que hagamos trampas en el juego.
Nuestro panorama ya es grave de por sí. Hasta el perro que se mea siempre en mi esquina lo sabe. Nadie tiene una solución definitiva para acabar con esta pandemia o cambiarle la ubicación al perro por lo que se hace preciso afrontar esta crisis con mayor entereza y unión pero tenemos a los de siempre, la Oposición que en vez de remar junto al Gobierno y más ahora que vemos cierta luz, se niega a apoyarle ya que si no gobiernan ellos para someternos a una pandemia de recortes y privaciones a que acostumbran, dejan de lado ese apoyo para ponerles zancadillas a todo lo que se salga de sus enfebrecidas mentes. Donde destierran la generosidad y solo se percibe la malicia e interés de atraer el voto haciéndole al Gobierno responsable de que una alcantarilla se inunde y moje con sus aguas los finos pies aristocráticos de Álvarez de Toledo. Es de desear que la Oposición abandone esa febril campaña donde se aúnan políticos del neandertal y neo-nazis construyendo sus castillos de cartón que bajo la proclama de “Cuanto peor mejor” - nada esperanzadora, por cierto - reconduzcan sus posturas.
-Proclamo – añade mi regadera, muy seria ella - que hay que atender las necesidades de las capas más vulnerables y necesitadas donde hay que aislarlas de malabaristas, prodigiosos y divinidades, porque exigen que las ayudas sean contempladas como instrumentos y no como un fin.
¡Eso! – contesto aprobando su proclama aunque jodido de que no se me ocurriera a mí.
Juan Marcelo
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