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La pobreza, en todas sus manifestaciones, es una lacra que hay combatir con todas las herramientas de la economía política. Y si la pobreza material es una catástrofe, la pobreza intelectual es, en sí misma, una manera de sometimiento al conservadurismo, llevado a su máximo extremo.
Recientemente se ha cumplido un año desde que Susana Díaz llegase a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Durante este tiempo, la Junta ha hecho grandes esfuerzos por intentar mantener el Estado de Bienestar, a pesar de los ataques perpetrados por el Gobierno Central. Dentro de esos esfuerzos, destaca el realizado por mantener una educación pública de calidad que permita a cualquier joven estudiar una titulación universitaria y mejorar su formación, independientemente de su renta.
La enorme apuesta de la Junta de Andalucía por la educación pública no sólo supone un alivio económico para las miles de familias andaluzas que tienen uno o varios hijos en la universidad, sino que además es una apuesta por el futuro, ya que la formación universitaria supone una mayor probabilidad de encontrar un empleo.
Para este curso académico 2014/2015, el trabajo de la Junta de Andalucía ha hecho posible tener los precios más bajos de España, de manera que en nuestra comunidad autónoma el precio del crédito en primera matrícula sea de 12,62 euros para los grados; de 16,41 euros para los másteres habilitantes para el ejercicio de una profesión; y de 35,50 euros para los másteres no habilitantes para el ejercicio de una profesión. Gracias a estos precios, estudiar un curso universitario en Andalucía cuesta una media de 720 euros, mientras que para hacer el mismo curso en Madrid un estudiante tiene que pagar entre 1.500 y 2.000 euros.
En el caso de los másteres, su precio se ha bajado en Andalucía un 15%, lo que los hace los más baratos de España, de manera que el coste medio para cursar alguno de los 45 másteres que oferta la Universidad de Almería es de 1.170 euros, frente a los 4.000 que cuestan de media en las universidades de la Comunidad de Madrid. Una cuestión, ésta, de gran importancia, teniendo en cuenta que la reciente reforma del Gobierno para reducir los grados de 4 años a 3 años, busca imponer los másteres de dos años, con un claro afán recaudatorio.
Es una tragedia que la decisión del actual Gobierno del PP de aumentar los precios de las matrículas universitarias haya excluido de las universidades públicas españolas a más de 45.000 estudiantes, que no han podido pagarse la matrícula. Al igual que el caso andaluz es digno de orgullo, el caso del resto de España provoca vergüenza. La Junta de Andalucía ha hecho de la educación pública su bandera y, como joven estudiante, me siento un privilegiado por vivir en Andalucía, una tierra donde se apuesta por la igualdad de oportunidades como herramienta de cambio social.
Mohamed Bagdad
Secretario de Organización de Juventudes Socialistas de Almería capital
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